Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta salsas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta salsas. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de abril de 2013

El ketchup de verdad odia la comida rápida

Siguiendo con nuestra vena agridulce nos ha dado por hacer ketchup. Casero, claro. El ketchup o catsup no siempre fue esa pasta rojo fuerte que viene en sobrecillos de plástico brillante. Esta salsa agridulce de tomate tiene su origen en la antigua China y se usaba para acompañar pescado. La llamaban koe-chiap. Más tarde empezó a ser conocida en el sudeste asiático y en India por medio de los viajeros y emigrantes chinos. Al igual que el chutney comenzó a ser usada en Inglaterra después de la colonización de India y de ahí pasó a EE. UU., todo el mundo anglosajón y luego, todo el mundo en general.




Es un mal momento porque no estamos, ni de lejos en temporada de tomate, pero nos lo tomamos con un experimento para consumir en casa y así cuando llegue el verano estaremos preparadxs para hacer ketchup de verdad con tomates de verdad. A pesar de haber usado las bolas rojas del súper, hay que decir que ha quedado bien rico. Y la receta que usamos es muy sencilla (de El libro de las conservas, las hierbas aromáticas y los frutos silvestres de Lourdes March):

Para 3-4 tarros de 375 gr.:
1 kilo de tomates
2 cebollas medianas
1 diente de ajo
1/2 vaso de vinagre (tamaño agua)
1 cucharadita de sal
2 cucharaditas de panela o azúcar moreno de caña
1 clavo de especia
1/2 hoja de laurel
una pizca de canela en polvo
una pizca de pimienta negra recién molida

Lavar los tomates, escurrirlos y partirlos en trozos, sin pelarlos.
Pelar las cebollas y el ajo y trocarlos muy finos.
En una cazuela amplia, esmaltada o de acero inoxidable, disolver el azúcar con el vinagre, añadir las especias, el laurel, la sal, los tomates, la cebolla y el ajo picado.
Cocer a fuego medio durante 30 minutos. Retirar el laurel y el clavo, pasar por la batidora, y luego por el pasapurés fino.
Cocer 20 ó 30 minutos más hasta que espese.
Dejarlo enfriar, probarlo, rectificar de sal y pimienta al gusto.

domingo, 24 de marzo de 2013

Lo prometido es deuda

Hace unos días dábamos la receta de las pakoras y decíamos que no era mala idea acompañarlas con un chutney. Para quien no lo sepa, un chutney es una salsa agridulce de origen indio, ahora muy popular en el mundo anglosajón. Se puede hacer chutney de muchísimas cosas. Aquí os dejamos un ejemplo de chutney de kiwi, aprovechando que el kiwi aquí en Asturias se da muy bien y estamos en temporada.



Cantidades para un tarro de unos 300gr (también puedes hacer más y aprovechar para embotarlo y tener reservas para una buena temporada; el chutney, al llevar azúcar y vinagre, se conserva muy bien):

6 kiwis troceados
una cebolla mediana picadita
una cucharada de aceite de oliva virgen
una cucharada de ajo picado
una cucharada de jengibre picado
1/2 cucharada de cilantro molido
1/2 cucharada de cardamomo
1/2 taza de vinagre
1/2 taza de azúcar (mejor azúcar de caña)

En una cazuela sofreímos la cebolla, el ajo y  el jengibre y añadimos las especias, rehogando bien para que saquen todo su aroma. Agregamos el  vinagre y el azúcar, damos un hervor y añadimos los kiwis. Lo dejamos hacer unos 45 minutos hasta que tenga una consistencia como de mermelada. Si revuelves hazlo con una cuchara de madera o silicona y ten cuidado de no tocar nunca el fondo de la cazuela porque el mejunje salta y te puedes hacer una quemadura seria.

Si vas a hacer conservas, viértelo caliente en tarros esterelizados. Si no, déjalo enfriar y a la nevera! Sirve para acompañar millones de platos o canapés, nosotrxs lo presentamos aquí acompañando un queso fresco a las finas hierbas (también casero) sobre pan de trigo y sésamo de la panadería Madre Tierra. ¡A disfrutar!